No todo proceso judicial necesita una evaluación psicológica forense…
Pero cuando sí se requiere —y no se hace a tiempo— las consecuencias pueden sentirse fuerte.
Tanto en el proceso… como en el resultado.
Y es que, más allá de ser un “requisito”, una evaluación bien hecha puede marcar la diferencia entre una defensa débil y una estrategia sólida, argumentada y respaldada técnicamente.
Aquí van algunas situaciones clave:
1. Cuando hay daño psicológico que debe probarse
Un testimonio conmovido no basta. Si hubo afectación emocional tras una agresión, una pérdida, o un hecho traumático, se necesita algo más que palabras:
➡️ Se requiere una evaluación clínica con nexo causal entre lo vivido y el estado emocional actual.
2. Cuando hay dudas sobre un informe anterior
¿Te entregaron un dictamen psicológico lleno de suposiciones, sin pruebas aplicadas, o con frases como “se presume que…”?
Ahí puedes solicitar una metapericia: una evaluación crítica del informe anterior.
Y créeme, puede cambiar el rumbo del caso.
3. Cuando el juez necesita una mirada técnica para decidir
En procesos de custodia, visitas, violencia intrafamiliar, inimputabilidad o medidas de seguridad, el informe psicológico aporta un lente que el derecho por sí solo no alcanza a enfocar.
Bueno… muchas veces, lo que no se prueba, no existe en juicio.
Por eso, posponer la evaluación —o asumir que con lo que hay “ya basta”— puede debilitar el caso.
Y lo más duro es cuando el abogado lo descubre… en audiencia.
Solicítala cuando haya que probar emocionalmente un hecho.
Cuando quieras respaldar técnicamente un testimonio.
O cuando busques desvirtuar un informe anterior que carece de sustento.
💬 Si tienes dudas sobre un caso específico, escríbenos.
En Soluciones Periciales no solo evaluamos: te ayudamos a leer estratégicamente el proceso.
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Jorge Alexis Tobón Rodríguez
Psicólogo Jurídico Forense
Magíster en Psicología Jurídica
Perito certificado por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses
Jorge Alexis Tobón Rodríguez
Psicólogo Jurídico Forense
Magíster en Psicología Jurídica | Perito certificado por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (Registro 24-PF-008)
Representante del capítulo de Psicología Jurídica – COLPSIC Santander
Con más de 20 años de experiencia en la Policía Nacional de Colombia, y mas de 4 años dedicado exclusivamente a las evaluaciones psicológicas forenses, Jorge ha participado como perito en procesos penales, civiles y de familia. Su enfoque combina rigor técnico, compromiso ético y acompañamiento estratégico a abogados y operadores jurídicos en todo el país.
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Jorge Alexis Tobón Rodríguez
Psicólogo Jurídico Forense
Magíster en Psicología Jurídica
Perito certificado por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses
Hay evaluaciones psicológicas forenses…
Y luego están las metapericias:
esas que llegan cuando el daño ya está hecho o cuando lo que parece claro… no lo es tanto.
Y es que, aunque no todos lo sepan, un informe psicológico forense puede y debe ser evaluado críticamente, especialmente cuando hay inconsistencias metodológicas, sesgos o pruebas sin sustento.
Ahí es donde entra la metapericia.
Es una evaluación técnica que analiza otro informe psicológico, ya sea de Medicina Legal o de un perito privado.
No se basa en entrevistas nuevas ni aplica pruebas al evaluado.
Su objetivo es valorar la calidad técnica, científica y ética del informe original:
¿Se aplicaron pruebas válidas y confiables?
¿Se trianguló la información?
¿Se sustentaron las conclusiones en los datos recabados?
¿El lenguaje usado fue claro y objetivo?
Porque, aunque no lo creas, hay informes que concluyen cosas como “parece tener rasgos peligrosos”… sin una sola prueba aplicada.
Y eso, en juicio, es grave.
Cuando el informe que se va a presentar en juicio no cumple con estándares técnicos.
Cuando un abogado considera que el dictamen de Medicina Legal no evaluó adecuadamente el caso.
Cuando el juez necesita una segunda opinión argumentada para contrastar versiones.
Una metapericia bien sustentada puede desacreditar un dictamen previo.
No por capricho, sino por evidencia:
Cuando se demuestra que se usaron pruebas sin validez, métodos no forenses o incluso criterios personales, el informe original pierde fuerza probatoria.
Y es que en juicio, no todo lo que viene de una institución es intocable.
La ley exige que las pruebas sean técnicamente válidas, confiables y éticamente elaboradas.
Analizamos informes ya elaborados y emitimos un concepto técnico sobre su calidad metodológica.
Con lenguaje jurídico, pero con fundamento psicológico.
Y con una meta clara: que las decisiones del juez se basen en pruebas, no en suposiciones.
💬 Si tienes un informe que te genera dudas, escríbenos.
Podemos ayudarte a leerlo con lupa… y con ley.
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Jorge Alexis Tobón Rodríguez
Psicólogo Jurídico Forense
Magíster en Psicología Jurídica
Perito certificado por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses
En el contexto judicial, una evaluación psicológica forense es mucho más que una entrevista. Se trata de un proceso técnico y estructurado que permite aportar elementos objetivos al proceso legal. En Bucaramanga, muchos abogados, jueces y defensores públicos se preguntan en qué momento es pertinente solicitarla.
✅ Casos más frecuentes:
Procesos de custodia, visitas o patria potestad.
Valoración de víctimas en casos de violencia física, sexual o psicológica.
Evaluación del daño psíquico como prueba de perjuicio.
Credibilidad del testimonio en menores o adultos.
🧩 ¿Por qué es clave?
Una evaluación pericial bien realizada puede marcar la diferencia entre un fallo desfavorable y uno a favor, ya que permite sustentar técnicamente lo que el testimonio por sí solo no puede demostrar.
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Jorge Alexis Tobón Rodríguez
Psicólogo Jurídico Forense
Magíster en Psicología Jurídica
Perito certificado por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses
Muchos procesos judiciales se ven afectados por informes psicológicos mal estructurados o carentes de rigor técnico. Estos errores pueden restar fuerza probatoria e incluso generar nulidades.
Uso de pruebas sin validez científica o sin licencia de uso.
Lenguaje ambiguo: “parece”, “se presume”, “podría indicar”.
Conclusiones sin sustento en pruebas psicométricas ni triangulación de fuentes.
Confusión entre diagnóstico clínico y análisis forense.
Solicitar una metapericia puede ser la solución. Es decir, una evaluación crítica del informe, donde se identifican falencias metodológicas que pueden ser expuestas en juicio oral.
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Jorge Alexis Tobón Rodríguez
Psicólogo Jurídico Forense
Magíster en Psicología Jurídica
Perito certificado por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses
Cuando un informe emitido por Medicina Legal no favorece la tesis de tu cliente, muchos abogados creen que “ya no hay nada que hacer”. Pero eso es un mito legal.
💼 Opciones técnicas:
Solicitar una evaluación psicológica forense privada.
Presentar una metapericia que señale errores técnicos del informe.
Exigir que el informe cumpla con principios de validez, confiabilidad y pertinencia.
🎯 En Soluciones Periciales SAS contamos con experiencia en la elaboración de contrainformes sustentados ética y técnicamente, listos para audiencias y litigio estratégico.
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Jorge Alexis Tobón Rodríguez
Psicólogo Jurídico Forense
Magíster en Psicología Jurídica
Perito certificado por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses
Abogado, si estás involucrado en un proceso judicial y necesitas apoyo profesional desde la psicología, es clave que distingas entre dos tipos de evaluación que suelen confundirse: la evaluación clínica y la evaluación psicológica forense. Aunque ambas provienen del mismo campo disciplinar, sus objetivos, métodos y usos legales son completamente distintos.
La evaluación clínica tiene un propósito terapéutico. Se utiliza para comprender el estado emocional y psicológico de una persona, identificar posibles trastornos y orientar un tratamiento. Generalmente es solicitada por el propio consultante, su familia o un profesional de la salud.
En este contexto, el psicólogo busca generar una relación empática y de confianza para apoyar al paciente en su proceso personal. La confidencialidad y la protección del bienestar emocional son principios fundamentales.
Ejemplo de aplicación:
Una persona con síntomas de ansiedad consulta a un psicólogo clínico para recibir diagnóstico y comenzar terapia.
Por el contrario, la evaluación psicológica forense tiene un enfoque legal y probatorio. Se realiza por solicitud de una autoridad judicial (juez, fiscal, defensor) o por una de las partes del proceso (acusado, víctima, abogado litigante).
Su finalidad no es terapéutica ni busca iniciar un tratamiento. En cambio, se centra en responder una hipótesis legal: por ejemplo, si hay daño psíquico, si el testimonio es creíble, o si existen capacidades parentales adecuadas para ejercer la custodia.
Además, los métodos utilizados deben ser válidos, confiables y éticamente justificados, ya que el resultado de la evaluación será presentado como prueba técnica en juicio.
Ejemplo de aplicación:
Un abogado solicita una evaluación para acreditar el impacto psicológico sufrido por su cliente tras un caso de violencia intrafamiliar.
Una evaluación clínica no puede sustituir una evaluación forense en procesos judiciales.
Un informe clínico no está diseñado para resistir un contrainterrogatorio en audiencia.
Si el objetivo es fortalecer tu estrategia jurídica, necesitas un informe pericial psicológico forense que cumpla con los estándares técnicos exigidos por la ley.
Ambos tipos de evaluación son valiosos, pero tienen funciones distintas. Si lo que buscas es respaldo en estrado judicial, asegúrate de contar con un informe pericial psicológico forense, ético y técnicamente sustentado.
¿Tienes dudas sobre cuál solicitar o cómo presentar esta prueba ante el juez?
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Jorge Alexis Tobón Rodríguez
Psicólogo Jurídico Forense
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